
El Colegio Melchor Cano es una institución docente de la Iglesia Católica, propiedad de los religiosos Franciscanos Menores Conventuales y dirigida por los mismos, dentro de las disposiciones de la iglesia y de la reglamentación actual vigente.
Los padres son los primeros y principales responsables de la educación de sus hijos. A ellos les corresponde, pues, el derecho preferente de elegir el tipo de educación y la escuela que desean para sus hijos. Por tanto, los Religiosos Conventuales consideran el colegio como:
- Un servicio a la Comunidad Cristiana.
- Abierta a todas las clases sociales, sin fines lucrativos.
- Animado por el espíritu de sencillez franciscana y con preferencia hacia los más necesitados.
Nuestro Colegio es un centro de Iglesia. Se inscribe en su misión docente y se adhiere plenamente a su Magisterio y directrices.
No imponemos a nadie esa perspectiva. Consideramos al hombre inviolable en su vida, en su libertad y en su conciencia.
Educamos en valores sumando la acción de familia y colegio. La familia es el ámbito más adecuado para el desarrollo y la adquisición de estos valores. El colegio potencia la acción educativa de los padres. Trabajamos aspectos como el respeto a uno mismo (autoestima), a los demás, (amistad, compañerismo, solidaridad, lealtad y sinceridad), y al entorno (respeto a la naturaleza y al medio ambiente); el uso responsable de la libertad, la educación del carácter (hábitos de trabajo, orden y constancia) y el refuerzo positivo mediante la motivación y afán de mejora.
El principio fundamental de la pedagogía franciscana considera al alumno como el principal protagonista de su educación, y su objetivo esencial es el desarrollo armónico de todos sus valores en la triple dimensión personal, social y cristiana
Dimensión Personal
- Formación intelectual sólida e íntegra.
- Adquisición personal de hábitos de trabajo.
- Educación de los valores efectivos.
- Preparación progresiva para el uso responsable de la libertad, en un proceso de progresiva liberación de los condicionantes internos y externos que respeten la libertad de los demás.
Dimensión Social
- Apertura a los demás y participación en actividades comunitarias.
- Desarrollo del espíritu crítico en orden a conseguir un mundo que animado por el espíritu evangélico, sea más fraterno y más justo.
- Preparación para el futuro, tanto en el orden profesional como en el de asumir una opción en nuestra sociedad pluralista.
- Formar alumnos concienciados de la importancia de la conservación de su medio ambiente.
Dimensión Cristiana
- Promover el despertar de la fe, o el progresivo crecimiento de la misma.
- Proprcionarles una instrucción religiosa seria y actualizada.
- Facilitar a quienes lo deseen una catequesis a través de celebraciones litúrgicas, vivencias, etc.
- Iluminar las situaciones de la vida y toda la cultura y actividad humana con el mensaje evangélico de la salvación.
- Educar en la solidaridad y más en profundidad en la fraternidad a todos los hombres intentando llegar a verlos como hijos de Dios y hermanos en Cristo.